La jerarquización del sistema urbano nacional se realizó a partir de la aplicación del índice de centralidad a todos los aglomerados y localidades simples de más de 2.000 habitantes.

Una primera versión del indicador se había desarrollado en el Programa Argentina Urbana, con datos del censo de 2001. Aún con estas modificaciones, la estructura del sistema urbano nacional presenta una cierta estabilidad en sus rasgos básicos. En primer lugar, la presencia dominante de un único nodo de jerarquía internacional (Gran Buenos Aires) y de 5 nodos de jerarquía nacional (Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán y La Plata), que reúnen más del 50% de la población urbana del país. En segundo lugar, se ha fortalecido, a partir de la incorporación de las funciones políticas y judiciales y del sistema de transporte, el conjunto de nodos regionales, que incluye a las capitales provinciales y a ciudades medias de gran importancia en la organización territorial, como Mar del Plata, Bariloche, Bahía Blanca, Concordia y Rafaela. La cuarta categoría, los nodos subregionales, incluye ciudades relevantes en entornos provinciales, como, por ejemplo: Orán en Salta, Presidencia Roque Sáenz Peña en Chaco, Gualeguaychú en Entre Ríos, Necochea en Buenos Aires y Villa María en Córdoba. Finalmente, los nodos microrregionales engloban un amplio número de pequeñas localidades, que despliegan sus funciones urbanas en ámbitos urbano-rurales de escala local o que se encuentran a muy corta distancia de ciudades de mayor jerarquía y que, en consecuencia, dependen de éstas para la provisión de los principales servicios.


Otro rasgo del sistema urbano que se mantiene es la desigual conformación de las jerarquías en relación con las escalas regional y provincial. La región Centro cuenta con una amplia representación de todos los niveles de la jerarquía, teniendo en cuenta la densa malla de asentamientos que cubre las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Cuyo es la región con menor cantidad de localidades (88) pero, en proporción, mantiene una jerarquía bastante equilibrada en su sistema urbano. En el resto de las regiones suelen ser habituales los saltos de jerarquía, con sistemas provinciales polarizados en torno a la ciudad capital.


Un análisis complementario, que considera el ranking de población y el ranking de centralidad, puede ser útil para evaluar el nivel de dotación de servicios que tiene cada localidad. En los casos en que las localidades tienen mayor ranking de población que de servicios, puede afirmarse que están subequipadas, en términos relativos, como sucede en un buen número de localidades del norte del país. El caso contrario, un mejor ranking de centralidad en comparación con el ranking de población indica un mayor equipamiento relativo, como puede observarse en muchas localidades de la Patagonia. Si se observa el comportamiento por categoría de jerarquía, los nodos regionales mantienen una equivalencia entre la dotación de servicios y la cantidad de población y las mayores diferencias tanto positivas como negativas se observan en los nodos microrregionales.