Nuestro país tenía 40.117.096 habitantes en Octubre del 2010, según el último Censo Nacional, éstos componen un total de 12.171.675 hogares. Argentina muestra una tasa de crecimiento de la población que puede considerarse moderada en una comparación internacional. La tasa de crecimiento medio anual asciende al 11,3 por mil, lo que representó un incremento de población levemente superior al 10% para el período comprendido entre los dos últimos relevamientos censales, continuando con la tendencia a la reducción ya presente en períodos intercensales anteriores.



Las provincias han tenido un comportamiento dispar, con situaciones de alto crecimiento, como es el caso de las provincias de Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut, en las que las tasas duplican y hasta triplican la media del país. En el otro extremo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires exhibe un crecimiento muy bajo, aunque revierte las tendencias a la pérdida de población de los censos anteriores. La mitad de las provincias se encuentran por debajo de la media nacional.

El crecimiento demográfico muestra también disparidades regionales notorias, con alto crecimiento en el caso de la Patagonia (con la excepción de La Pampa) y bajo crecimiento en las provincias del centro y del norte del país. Misiones, Salta y Buenos Aires constituyen excepciones a estas tendencias. En el caso de Cuyo, no hay una tendencia definida y la dinámica es muy variable entre las provincias que la componen.



El análisis a escala de los Departamentos muestra una marcada heterogeneidad al interior de cada una de las provincias, que combinan áreas dinámicas con otras de crecimiento bajo o estancamiento. Los casos más llamativos se producen en las provincias de La Rioja, Chubut, Neuquén y Río Negro, en los que los contrastes son muy notorios entre departamentos relativamente próximos. Los departamentos que más crecieron pueden asociarse con algunos vectores de valorización económica, que suelen tener impactos rápidos sobre la población, tales como la explotación de hidrocarburos o minerales, las actividades turísticas y la industria. La intensificación de la actividad agrícola en la década intercensal no parece tener una asociación unívoca con la dinámica demográfica, ya que en algunas regiones (como en Centro) el crecimiento es bajo, en tanto que en las áreas de expansión del norte del país el crecimiento de la población es más elevado.

Un dato muy significativo de la dinámica sociodemográfica argentina lo constituye el fuerte crecimiento del número de hogares. En términos porcentuales los hogares crecieron a una tasa que duplica la del crecimiento de la población, cuestión que se relaciona con importantes transformaciones sociales como los cambios en la composición de los grupos familiares, las modalidades de inserción en los mercados de trabajo, la mayor autonomía de los individuos y el aumento de la expectativa de vida. El tamaño medio del hogar se redujo de 3.6 a 3.3 entre 2001 y 2010 en todas las provincias, con un fuerte crecimiento de los hogares de 1 y 2 miembros. Estos cambios demográficos plantean importantes desafíos para las políticas públicas, en particular en materia de vivienda, de salud y de trabajo.